La pasta:

1. Hervir una olla grande de agua y luego agregar la pasta.
2. Dejar hervir la pasta hasta que esté al dente, luego escurrir en un colador.
3. Reservar aproximadamente 1/2 taza de agua para cocinar la pasta para ayudar a aflojar la salsa más tarde si es necesario.

La Salsa:

1. Mientras la pasta está hirviendo, preparar la salsa de queso ricotta.
2. Picar el ajo y agregarlo a un sartén grande con el aceite de oliva. Cocinar a fuego medio-bajo durante 1-2 minutos, o solo hasta que esté suave y fragante (pero no se dore).
3. Agregar el queso ricotta, luego revolver hasta que esté relativamente suave (el ricotta puede ser un poco granulado).
4. Dejar que la salsa se caliente a fuego lento. La salsa se espesará ligeramente mientras hierve a fuego lento. Una vez que esté lo suficientemente espeso para cubrir la cuchara (3-5 minutos), sazonar con sal y pimienta.
5. Exprimir la espinaca y agregarla a la salsa de ricotta. Revolver hasta que la espinaca se distribuya por toda la salsa. Probar y ajustar la sal o la pimienta si es necesario. Apagar el fuego.
6. Agregar la pasta cocida y escurrida a la salsa y mezclar para cubrir. Si la salsa se vuelve espesa o seca, agregar una pequeña cantidad del agua de cocción de la pasta reservada. Servir caliente.