
Ingredientes
Preparación
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En un sartén añadir las dos cucharadas de mantequilla, y cuando la mantequilla se deshaga incorporar las cucharadas de harina y revolverlo todo muy bien con unas varillas para que se forme una pasta homogénea y no queden grumos.
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A continuación añadir un poco de leche (medio vaso) y seguir mezclando bien.
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Cuando se haya integrado todo, añadir el resto de la leche y no dejar de remover con las varillas para que no se pegue en el fondo.
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Añadir sal al gusto y también especias, por ejemplo pimienta negra molida y orégano.
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Cuando la salsa esté cremosa y con la textura adecuada, apartarla del fuego y reservarla.
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Si en el momento de añadirla a la lasaña está un poco espesa, añadir un poco de leche y remover bien.
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Seguir las instrucciones del paquete de lasagna.
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Mientras, si las espinacas son congeladas, poner a descongelar directamente en un recipiente apto para microondas durante 3 minutos.
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Abrir, remover un poco con el tenedor y otros 3 minutos.
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Escurrirlas y reservarlas.
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Si son frescas, directamente mezclar con la cebolla más adelante.
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Cortar la cebolla en cuadritos pequeños y saltearla en una sartén con un poco de aceite y sal. Cuando empiece a dorarse, añadir las espinacas y revolver bien.
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Dejar que se cocine todo junto 5 minutos.
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Precalentar el horno a 200ºC.
Comenzar a montar la lasagna:
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En una bandeja de horno colocar 6 láminas de pasta, a continuación la mitad de la salsa de tomate, encima la mitad de la mezcla de espinacas y cebolla, y volver a empezar.
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Vertir por encima la bechamel cubriendo por completo todas las láminas, rallar queso por encima y espolvorear un poco de orégano.
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Hornear la lasagna durante 15 minutos a 180ºC.