Calentar el horno a 180°C. Cocinar las cáscaras siguiendo las instrucciones del paquete, pero escurrir cuando todavía estén un poco al dente porque se cocinarán más en el horno.
Verter el aceite de oliva en una sartén y cocinar el ajo (y las hojuelas de chile, si se usan) durante 2-3 minutos. Agregar las espinacas y cocinar hasta que se ablanden. Agregar la ricota y la ralladura de limón y luego sazonar bien.
Distribuir la salsa de tomate uniformemente por el fondo de una cacerola para horno. Rellenar cada caracol con una cucharada de la mezcla de ricotta y espinacas, luego colocarlas en el cacerola, espaciándolas uniformemente.
Espolvorear parmesano encima y hornear durante 20-25 minutos o hasta que el queso burbujee y esté dorado. Decorar con hojas de albahaca.